vialibre 21/09/2025
Un motor que vibra o tiembla de manera inusual puede ser una señal de alerta que no debe pasarse por alto. Estas vibraciones, perceptibles tanto en movimiento como al estar detenido, suelen indicar fallas mecánicas o de lubricación que, de no atenderse, pueden derivar en problemas mayores.
De acuerdo con especialistas de TotalEnergies, las causas más frecuentes son:
Soportes de motor dañados: al deteriorarse, dejan de absorber las vibraciones y el motor se mueve más de lo normal.
Problemas en el sistema de encendido: bujías en mal estado o cables defectuosos provocan combustiones irregulares y pérdida de rendimiento.
Fallas en los inyectores: cuando no suministran el combustible de manera adecuada, el motor tiembla especialmente al estar en ralentí.
Bajo nivel de aceite: el lubricante evita la fricción excesiva entre piezas. Su ausencia o mala calidad puede causar vibraciones, sobrecalentamiento y daños graves.
El papel clave del lubricante
Además de los componentes mecánicos, la elección y el estado del lubricante influyen directamente en el rendimiento y la estabilidad del motor. Un aceite en buen estado reduce la fricción, ayuda a mantener la temperatura adecuada y asegura un funcionamiento más uniforme.
Recomendaciones para un motor en óptimas condiciones:
Protección avanzada contra el desgaste.
Mayor limpieza interna y resistencia a la oxidación.
Funcionamiento más estable y silencioso del motor.
Recomendaciones para los conductores
Para mantener el motor en óptimas condiciones, TotalEnergies sugiere:
Revisar periódicamente los soportes de motor.
Realizar el cambio de aceite en los intervalos recomendados.
Utilizar únicamente lubricantes de calidad, adecuados para el tipo de motor.
Acudir a un especialista en caso de persistir las vibraciones.
Un motor en condiciones óptimas no solo mejora el desempeño del vehículo, también reduce el consumo de combustible, previene reparaciones costosas y aumenta la seguridad en la conducción. La atención preventiva y el uso de lubricantes de calidad son prácticas esenciales para garantizar que el motor funcione de manera estable y confiable durante más tiempo.